Desprenderse de lo cotidiano,
de lo permanente que reproducimos
más como costumbre que como deseo.
Evitar esta intimidad que incomoda,
entender que habitamos diferentes lugares, motivos, momentos;
resignar parte de la complicidad,
lo poco que nos queda
de esta complicidad
que muchas veces se traduce en profunda compañía.
Ser,
dejar(nos) ser,
desde no tan lejos
pero tampoco de tan cerca.
Aceptar que no fluimos.
Volar,
volar saliendo de este espacio
que intentamos habitar
porque estamos bajo un techo
en el que no sos ni soy.
No hay mañana.
Donde no es, hay que volar.
Me encanta...y me motiva. Sobre todo esta invitación: "Evitar esta intimidad que incomoda,
ResponderEliminarentender que habitamos diferentes lugares, motivos, momentos...".