Murió juzgado, condenado y tras las rejas.
Solo y aislado.
Pero.. Quién era el hombre que se sentaba con la CIA a ver como Argentina podía ser más funcional al neoliberalismo, el libre mercado y "la batalla" contra la subversión.
El que -junto a Martínez de Hoz- nos insertaba la miseria planificada.
El que se encargó que los trabajadores pasen a tener jornadas de 18 horas de trabajo, con sueldos miserables.
El que enfocó su genocidio principalmente hacia los jóvenes, los obreros y -valga la redundancia- los obreros jóvenes.
El principal responsable político de la apropiación ilegítima de bebés, bebés que hoy son adultos y muchos de ellos aún no recuperaron su identidad.
El que le quitó hijos a sus madres y padres e instó a muchos hijos a ser huérfanos.
El que instaló centros clandestinos de detención que no eran menos que cámaras de tortura.
El que hoy, incluso en democracia, todavía logró que desaparezcan testigos clave.
Dejó una cifra de 30 mil compañeros desaparecidos.
Privó a 500 personas de su identidad.
Con el plan económico que impusieron -continuado en los 90 y culminado en 2001- concretó un desempleo de 25%.
Fue juzgado y condenado, claro.
Pero jamás se arrepintió.
¡Qué hubiese sido si no hubiera existido!
Si no hubieran existido.
Si no nos hubieran forzado a una historia tan de terror.
Y, sobre todo, si no nos hubieran quitado todo lo que nos quitaron.
Alegría no. Paz tampoco.
Nos alberga sólo la sensación de hoy
tener menos maldad en el mundo.
Solo y aislado.
Pero.. Quién era el hombre que se sentaba con la CIA a ver como Argentina podía ser más funcional al neoliberalismo, el libre mercado y "la batalla" contra la subversión.
El que -junto a Martínez de Hoz- nos insertaba la miseria planificada.
El que se encargó que los trabajadores pasen a tener jornadas de 18 horas de trabajo, con sueldos miserables.
El que enfocó su genocidio principalmente hacia los jóvenes, los obreros y -valga la redundancia- los obreros jóvenes.
El principal responsable político de la apropiación ilegítima de bebés, bebés que hoy son adultos y muchos de ellos aún no recuperaron su identidad.
El que le quitó hijos a sus madres y padres e instó a muchos hijos a ser huérfanos.
El que instaló centros clandestinos de detención que no eran menos que cámaras de tortura.
El que hoy, incluso en democracia, todavía logró que desaparezcan testigos clave.
Dejó una cifra de 30 mil compañeros desaparecidos.
Privó a 500 personas de su identidad.
Con el plan económico que impusieron -continuado en los 90 y culminado en 2001- concretó un desempleo de 25%.
Fue juzgado y condenado, claro.
Pero jamás se arrepintió.
¡Qué hubiese sido si no hubiera existido!
Si no hubieran existido.
Si no nos hubieran forzado a una historia tan de terror.
Y, sobre todo, si no nos hubieran quitado todo lo que nos quitaron.
Alegría no. Paz tampoco.
Nos alberga sólo la sensación de hoy
tener menos maldad en el mundo.
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