sábado, 11 de mayo de 2013

La culpa.
De tener tanta libertad.
Libertad, ¿de qué?
de estar siempre con la cómoda
posibilidad de volar.
Pero no querer volar.
De pertenecer a la inclusión,
inclusión a costa de su antítesis. 
Cómo no culparse.
Cómo no luchar 
por los compañeros,
y por los compañeros excluidos.
Los postergados.
Los que trabajan
o los que no pueden trabajar.
Por y para los que viven de ellos
y su situación.
Cómo seguir siendo
cómplice de ello.
La culpa,
que sólo puede irse
con la tan deseada
justicia social revolucionaria.
Que todos la logremos.
y ellos,
por fin,
la conduzcan.

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