Tengo esperanzas.
Sí, no me preguntes cómo, pero tengo esperanzas.
Dejame pensar que es posible
que pronto nos vamos a levantar,
que no nos vamos a resignar a que esto vaya para peor.
Antes del futuro vamos a vencer.
Dejame pensar que tenemos una memoria colectiva
de cada saqueo que nos costó la vida,
de cada miseria planificada que arrojó a millones a la pobreza,
de cada crisis que recién se vio expresada por el hambre extremo.
Porque la vida es lucha.
Dejame pensar que por cada noche oscura
resistimos haciendo florecer la primavera,
que cada vez que nos pusieron en la peor de las adversidades,
pudimos rescatar a la más profunda prepotencia por vivir.
Es colectivo.
Dejame pensar , que no es por mi,
ni por el sálvese quien pueda,
porque no te olvides que nuestro mar de fueguitos es colectivo
e ilumina a un continente donde no entra un FMI,
donde no es posible una Patria sin empleo,
donde se reniega de un mundo socialmente injusto
y civilizatoriamente violento,
irradiando, en cambio, una humanidad profundamente bondadosa.
Dejame creer en la esperanza,
porque cada vez que creímos
pudimos soñar más allá de la utopía.
Sí, no me preguntes cómo, pero tengo esperanzas.
Dejame pensar que es posible
que pronto nos vamos a levantar,
que no nos vamos a resignar a que esto vaya para peor.
Antes del futuro vamos a vencer.
Dejame pensar que tenemos una memoria colectiva
de cada saqueo que nos costó la vida,
de cada miseria planificada que arrojó a millones a la pobreza,
de cada crisis que recién se vio expresada por el hambre extremo.
Porque la vida es lucha.
Dejame pensar que por cada noche oscura
resistimos haciendo florecer la primavera,
que cada vez que nos pusieron en la peor de las adversidades,
pudimos rescatar a la más profunda prepotencia por vivir.
Es colectivo.
Dejame pensar , que no es por mi,
ni por el sálvese quien pueda,
porque no te olvides que nuestro mar de fueguitos es colectivo
e ilumina a un continente donde no entra un FMI,
donde no es posible una Patria sin empleo,
donde se reniega de un mundo socialmente injusto
y civilizatoriamente violento,
irradiando, en cambio, una humanidad profundamente bondadosa.
Dejame creer en la esperanza,
porque cada vez que creímos
pudimos soñar más allá de la utopía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario