Quisiera abstraerme
y volver desencantada,
mejor dicho no estar
aún encantada.
Quisiera abstraerme
para poder irme y volver
sin sentirme enajenada.
Quisiera abstraerme
del tiempo, de las horas,
de los días, de mi gente,
de mis lugares, de mi realidad,
de mis sentimientos,
de mis alegrías y tristezas.
Para volver a sentir
el encanto cotidiano
del vino y las buenas risas,
de la discusión para la acción,
de los amores intensos o fugaces
de las amistades y familia.
Volver a descubrir
las montañas, los ríos,
el mar de mi querido sur.
Las luces, el arte y
la imposición de esta
gran ciudad.
El debate, la política,
la acción de las diagonales.
Volver a leer los libros
como la primera vez,
con la inocencia de la ignorancia.
Volver a soñar alto,
creyendo ingenuamente
que para todos en esta vida
no hay nada más lindo que vivir
y que para vivir no hay mejor
modo que hacerlo colectivamente.
Volver a abrir los ojos,
redescubrir las crueldades
y miserias de este mundo
y juntar más fuerzas para
cambiarlas.
Sobre todo, volver a
saber que sé con quiénes
quiero cambiarlas.
Volver a caer fuerte
sobre la dura realidad,
para volver a dimensionar
a quienes perdí,
a quienes me quitaron,
a quienes tengo.
Quisiera irme y volver,
porque me parece que
estoy anestesiada
y no estoy viviendo
como mi vida amerita
ser vivida.
y volver desencantada,
mejor dicho no estar
aún encantada.
Quisiera abstraerme
para poder irme y volver
sin sentirme enajenada.
Quisiera abstraerme
del tiempo, de las horas,
de los días, de mi gente,
de mis lugares, de mi realidad,
de mis sentimientos,
de mis alegrías y tristezas.
Para volver a sentir
el encanto cotidiano
del vino y las buenas risas,
de la discusión para la acción,
de los amores intensos o fugaces
de las amistades y familia.
Volver a descubrir
las montañas, los ríos,
el mar de mi querido sur.
Las luces, el arte y
la imposición de esta
gran ciudad.
El debate, la política,
la acción de las diagonales.
Volver a leer los libros
como la primera vez,
con la inocencia de la ignorancia.
Volver a soñar alto,
creyendo ingenuamente
que para todos en esta vida
no hay nada más lindo que vivir
y que para vivir no hay mejor
modo que hacerlo colectivamente.
Volver a abrir los ojos,
redescubrir las crueldades
y miserias de este mundo
y juntar más fuerzas para
cambiarlas.
Sobre todo, volver a
saber que sé con quiénes
quiero cambiarlas.
Volver a caer fuerte
sobre la dura realidad,
para volver a dimensionar
a quienes perdí,
a quienes me quitaron,
a quienes tengo.
Quisiera irme y volver,
porque me parece que
estoy anestesiada
y no estoy viviendo
como mi vida amerita
ser vivida.
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