miércoles, 19 de junio de 2013

Omnipotencia finita

Vos, Reina de la Soberbia,
que querés ser Dios
y enarbolas la bandera
de la Justicia.

Vos que decís

que velas por nosotros
pero querés ser
superior en todo.

Vos que ahogas de

arrogancia,
que crees que sabes
más y pretendes
que nos sintamos
menos.

Vos que crees que

todo logro tuyo
y de tu pequeña elite,
es más honorable
que todos nuestros
logros juntos.

Vos que te jactas

de imparcial,
al punto de no estar
cuando secuestraron
a mi hija y la prostituyeron,
que no viste cuando
desaparecieron a mi hermano
y lo tiraron al mar después 
de torturarlo,
cuando saquearon a mi país
o le entregaron su
independencia económica. 
Tampoco estuviste cuando
vendieron a la comunicación
o nos desemplearon a casi todos.

Porque sos independiente

de nuestros problemas
y por eso tenés mejores 
remuneraciones.
Porque tu sistema
y sus normas,
no pueden ser corruptibles.

Y quieren que su sistema,

con esas normas,
nosotros creamos
que es Justicia
y que no entendemos
de ésta.

Pero entendemos.

Ahora entendemos.
Que vos no sos
la Justicia.
Y sin nuestra injerencia,
jamás podrás serlo
en nombre nuestro.

No sé quién sos,
solo sé que hoy
descreo de tu
omnipotencia.

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