Crecí aprendiendo a usar más la razón que el corazón
y fue así que tuve que enterrar esta historia
que tiene más nostalgia de lo que pudo haber sido
a cuestión concreta de lo que fue.
Aún así, no hay un solo día sin recordar lo poco que fue;
ni siquiera en los lugares en los que anhelaba que compartiéramos algún día,
sea la cabaña del limay
o sean los viajes en ruta por la provincia.
Quiero la maquina de eterno resplandor de una mente sin recuerdos,
empezar por borrar el mar, los acantilados, las estrellas y las noches de verano.
Quiero el olvido, para dejar de sentir que somos olvido,
que soy su olvido,
sobre todo porque nunca voy a poder explicarle al orgullo
que mi error fue ser razón por esencia, por encima del corazón;
y que hoy desprecio que aquella tardecita de verano
me haya gobernado la razón
y fue así que tuve que enterrar esta historia
que tiene más nostalgia de lo que pudo haber sido
a cuestión concreta de lo que fue.
Aún así, no hay un solo día sin recordar lo poco que fue;
ni siquiera en los lugares en los que anhelaba que compartiéramos algún día,
sea la cabaña del limay
o sean los viajes en ruta por la provincia.
Quiero la maquina de eterno resplandor de una mente sin recuerdos,
empezar por borrar el mar, los acantilados, las estrellas y las noches de verano.
Quiero el olvido, para dejar de sentir que somos olvido,
que soy su olvido,
sobre todo porque nunca voy a poder explicarle al orgullo
que mi error fue ser razón por esencia, por encima del corazón;
y que hoy desprecio que aquella tardecita de verano
me haya gobernado la razón