lunes, 28 de septiembre de 2015
sábado, 12 de septiembre de 2015
A la enfermedad de la memoria
Al final no somos nada.
Todas las heridas que trazaron nuestro destino proscriben
Los errores irreversible se convierten en simplezas
Las manías que ordenaban nuestros tiempos no son siquiera recuerdos
No valen tampoco los recuerdos
ni las experiencias transcurridas
Sin memoria no hubo vida
sólo queda el alma,
sólo queda el ser abstracto
sin siquiera fantasías.*A mi amiga, hermana, Atenas Vila, tesista de la memoria y la no memoria. Tarde, pero seguro
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