miércoles, 7 de agosto de 2013

Despertar

Otra vez pienso en lo que pudo ser,
en toda la fantasía que quedó atrás

Vueltas y más vueltas le doy,
boba y pensante,
cuál es la parte que quedó
y cuál es la que faltó

Pienso en el antes,
el que pudo haber sido
mucho antes del antes que imaginamos
Pienso en el después,
en el lleno de incertidumbre después.
¿Y el ahora?, me preguntan los ajenos,
qué pasa con el ahora me cuestiono yo.

Ahora estoy en la minuciosidad
de la más inmensa profundidad,
y pierdo el tiempo, dicen,
y no tiene sentido, opinan,
y no dice nada, critican,
que lo digan, que lo griten,
que no lo comprendan,

porque ahora,
que pienso en los antes
y armo hipotéticos después
y siento minuciosamente todas
las profundidades a flor del piel
y ya no me alcanza con decir,
ni opinar ni criticar,
ahora, uniendo poco a poco
el pasado con lo que quiero,
el futuro con lo que fui,
el presente con las fantasías más deseadas

ahora, recién ahora,
vuelvo a sentir. 

martes, 6 de agosto de 2013

El Futuro

Y sé muy bien que no estarás.
No estarás en la calle,
en el murmullo que brota de noche
de los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia
los completos de los subtes,
ni en los libros prestados
ni en el hasta mañana.
No estarás en mis sueños,
en el destino original
de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás
o en el color de un par de guantes
o una blusa.
 Me enojaré amor mío,
sin que sea por ti,
y compraré bombones
pero no para ti,
me pararé en la esquina
a la que no vendrás,
y diré las palabras que se dicen
y comeré las cosas que se comen
y soñaré las cosas que se sueñan
y sé muy bien que no estarás,
ni aquí adentro, la cárcel
donde aún te retengo,
ni allí fuera, este río de calles
y de puentes.
No estarás para nada,
no serás ni recuerdo,
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente
trata de acordarse de ti.
Julio Cortázar

jueves, 1 de agosto de 2013

Hipócrita tiempo, antigüedad,
normas y valores absurdos,

hipócrita tiempo el de los hombres
que aferrados a simbolismos
de la parodica coyuntura
persisten en quedarse atados
en nombre de lo correcto
y aniquilan día a día
a la conflictiva
pero inevitable realidad
que nos fastidia

de tanto que el pensamiento,
junto con la cada vez más utopía,
nos invade más y más
tal cual una fantasía.